La actitud con la que el jugador afronta una competición
va a determinar su rendimiento.
Podemos
dividir a los atletas en 2 grupos dependiendo de la actitud que tengan en la
competencia: aquellos que salen al campo con la actitud de conseguir un buen
resultado y aquellos que creen que para conseguir un buen resultado tienen que evitar hacer las cosas mal.
La
predisposición va a depender de factores como autoconfianza, expectativas y objetivos que se haya marcado, incluso esta
predisposición puede variar a lo largo del recorrido. Se puede salir con una
actitud y dependiendo del avance del juego, cambiar su predisposición a la hora
de ejecutar los siguientes golpes. Esto es un error ya que estamos dejando que
la actitud mental del jugador dependa de factores externos y no controlables
por él mismo, con lo que su control mental y emocional no va a depender de él
sino del resultado. El competidor debe tener interiorizada una actitud positiva
que sea tan fuerte y arraigada, que factores
externos no puedan influirle.
Atletas con una actitud negativa suelen tener una
autoconfianza baja y como confían poco en ellos, sienten que está más bajo su
control el no fallar que acertar, se da un aumento del nivel de activación nervios
excesivos, ansiedad, fallos de concentración, resultado vs juego, etc.; en definitiva lo único que se consigue es
fallar, que es precisamente lo que quiere evitar. Con esta actitud la
autoconfianza nunca se recupera y el jugador entra en un círculo vicioso (como
no tengo autoconfianza no puedo jugar de otra manera). El Atleta no puede disfrutar de la competición, ya que el fallo
puede venir en cualquier momento lo que hace que la competición se perciba como
estresante y difícil de superar.
Los jugadores con una actitud positiva, salen al campo
con la mentalidad de tener buenos puntos, autoconfianza alta, están motivados
por conseguir el éxito y no por evitar el fracaso, se marcan objetivos más
altos, disfrutan de la competición y es una excelente oportunidad de demostrar
sus habilidades. Su concentración es correcta ya que están pensando solamente
en lo que tienen que hacer, su nivel de activación es el adecuado, se recuperan
mejor de los errores y suelen tener mayor control mental y emocional.
Si
conseguimos salir al campo con una actitud positiva estable podemos estar
seguros que nuestra mente va a jugar a nuestro favor.